Tocata y fuga de Esperanza Aguirre

Esperanza Aguirre acudió nada más llegar a la sede del Gobierno regional, donde dio una rueda de prensa. Todavía llevaba los calcetines que la habían dejado. (EFE)

Hemos parafraseado el título de aquella ¦1¦ de 1974,”Tocata y fuga de Lolita”, aunque aquí, quien regresa precipitadamente a Madrid, después de un viaje, no sea un procurador en Cortes franquista, porque su hija se haya ido a vivir fuera de casa, sino la Presidenta de la Comunidad de Madrid,la representante del Estado en Bombay y por lo tanto de todos losespañoles que en estos días han estado amenazados de muerte a causa delos ataques terroristas.
Un vez que ha pasado todo, y que ya están todos ilesos en casa,no está de menos ponderar la listeza, la celeridad de Esperanza parasalir la primera del infierno de Bombay, aunque fuese en zapatillas,aunque lo hiciese saltando “muchos charcos de sangre”, según ella mismaexplicaba. Lo cierto es que sólo unas horas después estaba en la Puertadel Sol, en conferencia de prensa multitudinaria, narrando lasperipecias de su aventura, eso sí, dejando claro que ni un solo minutohabía dejado de estar en contacto con los que se habían quedado alláescondidos o presos del terror.
Su actuación puede tener muchas explicaciones, desde quienesatribuyen su proceder a un miedo invencible, muy humano, a los que larecriminan porque el capitán es el último que debe abandonar elbarco-seguramente ella habría entendido lo de “las mujeres y los niñosprimero”- pasando por aquellos que comparan a los que actúan así aciertos roedores que también son los primeros en abandonar la nave,aunque pensamos que si se hubiese quedado en el hotel, al estar dotadade la baraka de que también disfrutaron el Generalísimo y Aznar, lostiros o las bombas terroristas la habrían respetado. En todo caso no sele puede aplicar el lema al que se hace acreedores ciertos soldados opaíses, el de ser “primeros en la batalla”.
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