Desde luego el caso Marta del Castillo está cada vez dando más de sí. La gente de a pie no acaba de creerse que cuatro indocumentados, entre los que hay un menor, traigan en jaque a los jueces, a la policía nacional, a la guardia civil, a la familia, y en general a toda una sociedad que está sobrecogida y alarmada por este trágico suceso.
Sevilla en concreto tardará mucho en olvidar esta pesadilla y hay un antes y un después en las familias con hijas adolescentes. Desde entonces los padres están redoblando la vigilancia y extremando las precauciones. Tampoco se pierde de vista el caso Mari Luz, tan reciente en el tiempo.
Si esta mañana nos hacíamos eco del cambio de declaración de Miguel Rancaño en el sentido de que no la arrojaron al Guadalquivir sino a un contenedor de basuras cercano al domicilio- de esto se desprende que estos individuos tienen pocos escrúpulos pues siguen jugando con la vida de los demás, por ejemplo, con la de los buzos, que han estado durante un mes haciendo peligrosas inmersiones en un río lleno de fango, con aguas turbias, fuertes corrientes, y a más de 10 metros de profundidad- ahora el presunto asesino sigue sorprendiendo achacando al menor el asesinato de Marta, o sea, al que tiene menor responsabilidad penal.
Nosotros creemos que el cuerpo ni está en el Guadalquivir, ni en el vertedero de Alcalá, sino bajo tierra, donde es mucho más difícil encontrarlo, aunque como tal acción la habrían realizado entre varios, alguno no podrá vivir mucho tiempo sin contarlo.
Esta última noticia de que Miguel ha declarado que fue el menor el que mató a Marta la ha difundido “El Correo de Andalucía”, de Sevilla:
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