Losantos supera el reporterismo bajuno de El Follonero
El Follonero parece ser un producto de la factoría de Buenafuente, que al lado de indudables éxitos como periodista-humoristapresenta otros aspectos difícilmente digeribles, y este mozalbeteirreverente podríamos encuadrarlo en este segundo apartado. Solamenteel maloliente nombre elegido para bautizarlo ya hace temer que susproductos sean unos subproductos más de los que hoy nos ofrecen lastelevisiones: parece que mientras más mal gusto ofrecen tienengarantizado más éxito, tendencia contra la que se debería luchar desdelos colegios, desde los institutos, desde las universidades,desde las familias para llegar a invertirla. Nunca deberíamos olvidarque en nuestra tierra se dieron los productos cervantinos oquevedescos, en los siglos del Oro-fueron más de uno-, y, al serconsustancial para la Humanidad el ir para adelante en todo, no debemos retroceder en cuanto al humor,que es una de las supremas cualidades del ser humano para incurrir enlo chabacano, en lo peor de lo moranquiano, en la agresión permanentede lo follonero o de todos los caigaquiencaigas que en el mundo hansido: no se pueden cometer gratuitamente tantas agresiones diarias a labuena fe de la gente por mucho que tengan una ideología que no nosguste pero que casi siempre gozan de una buena educación que les impida ser groseros en público.
En Jiménez Losantos, del que habitualmente somos bastante críticos,esta noche el follonero mozalbete ha encontrado la horma de suspinreles: le ha dicho que sus mentores son dogmáticos, sesgados perono pueden dejar de parecer ridículos. El de Teruel también le haespetado que está harto de aguantar hijos de puta y el Follonero: “¿Meestá llamando a mí hijo de puta?”. “Que va. ¿Cómo ha podido pensarusted eso”.
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