Siento coincidir en el tema que se desarrolla en estos momentos en El Gato al agua deintereconomíaTv donde actúan personajes tan heterogéneos como Carlos Dávila, Hermann Terscht y Antonio Carmona, socialista madrileño, una hábil gallina en corral ajeno: la guerra que le tienen declarada al castellano, la lengua oficial del Estado, del que la región catalana es una parte fundamental, algunos políticos , encabezados por Artur Mas, precisamente el representante del Estado español en esa citada región que tanta fama da a España en el extranjero y no solo por motivos futbolísticos: de allí son Dalí y Gaudí, entre otros.
Algo falla en este país cuando su máximo representante, su hombre en Catalunya, vive en perpetuo desacatoimpidiendo además que se cumplan las leyes, incluida la Carta Magna sin que los mecanismos de la justicia se pongan en marcha. Así nos va.
No deseo que vean en estas palabras ni un punto de ironía: son las tesis de la citada emisora, azote del socialismo español, en la que el ex presidiario Mario Conde lanza soflamas incendiarias acerca decómo se puede regenerar el país. De Dávila mejor es no propagar sus ideas: nos veríamos abocados rápidamente a otra guerra civil de la que el sería un buen general de que aquellos que no querían heridos ni prisioneros. Y menos las de Hermann: bastante paranoia tenemos ya para que alguien nos la agrande.
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