Comienzo transcribiendo un resumen de las últimas
imprecaciones y alaridos de la extrema derecha
mediática a propósito del chivatazo que al parecer se
produjo en el bar Faisán para evitar que algunos etarras
cayeran en una emboscada para no perjudicar las negociaciones con la
banda criminal y a continuación un resumen de las
actuaciones del Gobierno que dicen que ha vendido
España a ETA. Lo dicho, una cosa es esta nueva teoría
conspiratoria para derribar al gobierno antes de que toque y
limpiamente en las urnas –se está ganando a pulso el relevo- ,
una cosa es esta farfolla que hay organizada por estos
brillantes escritores que desperdician su talento al servicio de intereses
inconfesables, y otra es la realidad incontestable de la lucha contra ETA y
sus frutos.
No quiero pensar que después de tanto esfuerzo
baldío salgan con el consabido ¿qué hay de lo mío? por los
servicios prestados de una forma tan canallesca.
Además les pongo un extracto de lo leído hoy
en El País y donde se habla de “las detenciones durante la
tregua: 57 etarras, más las 18 detenciones de
Segi. Convendría saber también, por aquello de entender qué es una negociación,
que el PP, durante la tregua de 1998, con Mayor Oreja en el
Ministerio, excarceló a 180 etarras, se acercó a Euskadi a
135 presos, se invitó a regresar a 304
prófugos y descendió el número de detenciones” Lo de la
gallinácea al lado de esto parece una
tontuna…
Empieza la fiesta con Tomas Cuesta de
ABC que en “Escaños y escoños” dice: “…el
señor Rubalcaba -avieso remedo pánfilo del inspector de
alcantarillas que doctoró en surrealismo a Giménez Caballero- es un
especialista en escurrir el bulto trufando los debates con chascarrillos
de taberna. Un tipo que ha dado aliento a los matones (bien fuera por
acción o bien por omisión; por criminal malicia o aberrante
torpeza) resulta incompatible con una sociedad que, dentro de lo que
cabe, aspire a la decencia”
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