Aún a sabiendas de que el asunto ya comienza a ser nauseabundo
– no me extraña que la gente prefiera post más divertidos, como Va tomando cuerpo la caravana de
“palomos cojos” hacia Badajoz - entro por segundo día
consecutivo en el tratamiento que cierta prensa está dando a las
fallidas negociaciones –como todas las anteriores- con la banda
terrorista ETA y que no son sino un fiel reflejo de cierta parte del partido que
próximamente nos va a gobernar, es decir, al ala más dura y que
por supuesto no consiguió acabar con los terroristas. Esperemos que se imponga
el buen sentido y se hagan finalmente con el poder en el partido las
facciones más moderadas, más modernas o europeas y no aquellas
representadas por Mayor Oreja y su caricaturesco mentor el
exlíder, gran estadista, Aznar.
Les voy a resumir parte de los vituperios que
esos periodistas, o por los menos escribidores en periódicos, lanzan, metidos de
lleno en un torbellino enloquecedor de insultos, contra el Gobierno que fue
apoyado por dos veces por 11 millones de españoles, al que consideran
muy por debajo de los asesinos de ETA en cuestiones de
ética o de decencia, llegando en algunos casos, como el culto
latiniparlo César Vidal a incurrir en lo más zafio
al decir que “José Luis Rodríguez Zapatero le bajó los
pantalones al Estado de Derecho para que la banda de los terroristas de
ETA lo sodomice”. Y siguiendo con su obsesión
sexual -¿qué le pasa a este tío?- afirma: “A mí todo me parece
enormemente grave, pero hay un hecho central, de una gravedad tremenda, que en
cualquier país provoca una caída de Gobierno (…) Es la prostitución
absoluta de un poder político, pervirtiendo el aparato del Estado
(…)
Pero abróchense los cinturones para poder soportar lo que dice
el terrorífico exterrorista Pío Moa, donde curiosamente también
se pone de parte de la banda:” La ETA dice la verdad y el Gobierno miente, esto
puede afirmarse a ojos cerrados”.
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