La Ley Integral contra la Violencia de Género no siempre es justa (3)
Nadie con dos dedos de luces puede negar que la mujer ha vividosojuzgada por el varón desde tiempo inmemorial, y nos referimos a lassociedades occidentales, porque en las otras, es mejor no entrar. Ahorala situación ha cambiado radicalmente de forma que el varón esdiscriminado por la Ley de violencia de género que según expertos atenta contra unos principios generales del Derecho, ya que losacusados tienen que demostrar su inocencia, cuando debería ser alcontrario: los hombres son presuntamente culpables hasta que sedemuestre lo contrario. Estamos ante una ley que va claramente contradel artículo 14 de la Constitución:” los españoles son iguales ante laley sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón denacimiento, raza, sexo o religión”.
Y las agresiones, los malos tratos de las mujeres a los hombres vanen aumento. Según el CGPJ se han producido 121 víctimas por violenciadoméstica y violencia de género aunque no se conocen estadísticas dehombres muertos por sus ex parejas.Se cree, además, que el 90% de lasdemandas de mujeres hacia hombres no son acusaciones reales, algo queno ha pasado desapercibido para la Fiscalía de Madrid que ha detectadofalsas denuncias
Esta ley ha provocado una manifiesta desigualdad: lo que denuncianlas mujeres es atendido inmediatamente, y lo que ellos suele serarchivado. Ninguna institución ampara al hombre maltratado ni hayestadística fiable que cuantifique cuántas denuncias falsas ponen lasmujeres contra sus maridos. En la página Webdel despacho de abogados Arapiles, dedicado exclusivamente a defender ahombres maltratados, se leen frases como “mujer: hunde a tu ex. Sácalela casa y su dinero,quítale los hijos y encarcélale” , que todos hemos oído demasiadasveces, o hemos visto ejemplificadas en demasiadas ocasiones como “loha dejado pegado a la pared (al marido)”, o “ el pringao tiene queseguir pagando la hipoteca, vive en una furgoneta o en un piso compartido (con otras víctimas) mientras la mujer ha metido al novio en casa”.
Dicho esto, afirmamos: Ni una sola mujer más asesinada por su pareja. Ni un solo hombre más maltratado por su pareja.
Para finalizar, este pequeño relato de las desventuras de uno quesiendo novio no supo percibir las inequívocas señales queindudablemente le enviaría su novia. Bueno señales no porque “desde queéramos novios me insultaba habitualmente, me gritaba, me chantajeaba,hasta me levantó la mano.”
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