En Madrid porque el juez Garzón está de nuevo sentado en el banquillo nada menos que en la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo y se defiende de las acusaciones no de la Fiscalía sino de la ultraderechista Manos Limpias y de la Asociación Civil Libertad y Justicia, que reclaman para él 20 años de inhabilitación por un presunto delito deprevaricación, acusaciones que, cree Garzón, “no están legitimadas para estar en esta Sala”.
El grueso del alegato de Garzón es de que “la dictadura de Franco llevó a cabo un plan sistemático de detenciones ilegales, torturas y desaparición de cientos de miles de personas entre 1936 y 1951 que constituyen delitos contra la humanidad que justificaban su investigación, delitos contra la humanidad, que no habían prescrito pese al tiempo transcurrido al desconocerse el paradero de las víctimas, un “delito permanente” al no le era de aplicación la Ley de Amnistía de 1977, “que se refería a delitos políticos, consideración que no tienen los crímenes contra la humanidad”. (Garzón puso como ejemplo la investigación del juez Ismael Moreno de los asesinatos perpetrados entre 1942 y 1944 en campos de concentración nazi considerados delitos de genocidio)
Sobre los motivos por los que no admitió una denuncia para que investigara los crímenes de Paracuellos del Jarama dijo que aquellos ajusticiamientos no guardaban relación con delito contra altos organismos de la Nación, como sí existían en el caso del golpe militar de 1936, y consideró que la competencia era del juzgado de la localidad.
La defensa de Garzón y fiscalía han anunciado que presentarán un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional si la sentencia es condenatoria.
Y en Sevilla. Aquí ya la cosa tiene tintes más folklóricos. Al parecer el nuevo alcalde Juan Ignacio Zoido (PP), ya había comentado antes de su elección y en petit comité que una de sus primeras decisiones de gobierno sería quitarle el nombre de una calle a la roja nacida en Sevilla, Pilar Bardem, que a su vez lo “usurpó” al general Merry,(Francisco Merry Ponce de León, conde de Benomar), cuyo nombre no ha sido repuesto en el callejero: el nuevo nombre es Nuestra Señora de las Mercedes, porque, según Zoido, “se lo ha pedido una hermandad a la que avalan miles de firmas”
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