
Me parece una exageración esa especie de consternación que ha producido, en algunos políticos y medios de todo pelaje, de aquí y foráneos, la fractura de la cadera del monarca, al parecer en una cacería de elefantes en Bostwana –hay elementos algo insidiosos que dejan caer otras circunstancias, por ejemplo, en el blog JRMora, humor gráfico, incidencia de la que ya ha sido operado satisfactoriamente en la clínica San José.
Con el annus horribilis que está teniendo el Rey, deberíamos ser más compresivos con sus debilidades y hobbys: la señora que no lo acompaña ya que está en Roma; su nieto primogénito, creo, Froilán, recuperándose en una clínica de un tiro fortuito en un pie: sus hijas, también desconsoladas por los maridos que les han tocado; su yerno, acusado demúltiples latrocinios; y el país, en la ruina. Con todas estas variables, ¿qué impide que se tome unos días de asueto, un señor con posibles, y además con una edad que ya comienza a ser provecta?
Les muestro solo algunos rasgados de vestiduras. Falta el más antimonáquico de toda la caverna, el que lleva años pidiendo su abdicación: el sin par Fede J. Losantos:
El Mundo sentencia en su editorial:
“… se trata de un viaje irresponsable, realizado en el momento más inoportuno”.
“Resulta muy poco ejemplar el espectáculo de un monarca cazando elefantes en África cuando la crisis económica en nuestro país provoca tantos problemas a los españoles, incluidas algunas situaciones familiares dramáticas. Ello transmite una imagen de indiferencia y frivolidad que el Jefe de Estado jamás puede dar”.
Tags: deportes, periodismo, política
Comparte este artículo
Continúa leyendo...