De qué nos quejamos más de tres siglos después pues fue el 13 de julio de 1713 cuando los hijos de la Gran Bretaña pasaron a ocupar la Roca legalmente pues un Borbón, antepasado del actual, firmó elTratado de Utrech: “El Rey Católico, por sí y por sus herederos y sucesores, cede por este Tratado a la Corona de la Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y castillo de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortaleza que le pertenecen, dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce con entero derecho y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno”, tratado que no incluye “jurisdicción alguna territorial” ni comunicación abierta “por parte de tierra”, que son los dos apartados que han provocado en todos estos siglos conflictos permanentes sobre las inexistentes “aguas territoriales” de Gibraltar o sobre la posibilidad de España de cerrar completamente la Verja y aislar a La Roca.
De qué nos quejamos si los hijos de la Pérfida Albión se han saltado a la torera estos dos últimos supuestos. Lo hacen porque son más poderosos y si algún día les place entregar porque les convenga ese cacho de terreno, lo harán. Mientras tanto a aguantar, que los ingleses son muy suyos: recuerden lo que hizo Margaret Thatcher con las Malvinas que les cogía a 15.000 Km.
Por eso nos tiene que irritar bastante que el tema de la Roca sea sacado periódicamente por nuestros gobernantes para distraer la atención: lo hizo el Caudillo y lo hace ahora el partido que nos gobierna –es un decir- porque está vergonzosamente cogido por los cataplines, permítaseme tan grosera analogía, tan real por otra parte.
La gente no es tonta y menos Arturo Pérez-Reverte que ya humilló a modo a Moratinos y ahora afirma de García Margallo, destacando con ironía ante el conflicto de Gibraltar.
su”serena energía española ante ingleses y gibraltareños después de décadas pagando hasta el bidé y la cama”.
“Este ministro lo va a cambiar todo en dos o tres días: las claudicaciones infames, los lametones, la abyección, el sírvase usted mismo… Ahora resulta que la culpa de la chulería gibraltareña sólo la tuvo Moratinos. Que fue un flojo y un pastelero, cierto, pero sólo uno más”.
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