Ocupa un lugar dehonor, dado su rango en el escalafón de notables, José Bono que alopinar de la ley del aborto que prepara el Gobierno asegura que notodos piensan “milimétricamente igual” y que él tiene un criteriopropio que no hará público para no interferir.Ya se sabe el peso quetienen los barones de los distintos partidos.Recuerden a uno del PP valenciano que está poniendo en grave riesgo lasextremidades superiores de la Plana Mayor del partido: pudiera ser quela unidad de quemados-son muchos los que ponen la mano en el fuego porél-tuviere demasiado trabajo en los próximos meses.
Le sigueuna de su partido, La ministra de Igualdad, Bibiana Aído, que frivolizaen exceso acerca de los atributos de las jóvenes-Carmen Romero hubieradicho “las jóvenas”, antecedente inmediato de “las miembras”, cuandoafirma: una joven de 16 años puede “ponerse tetas” sin que sus padreslo sepan “,”No se rompía la patria potestad cuando en el año 2002aprobaron (en relación al PP) la Ley de Autonomía del paciente
Visiblemente molesta, Leire Pajín, cuando ha defendido que Zapatero notuviera reparos en usar un Falcon del Ejército para asistir a un mitindel PSOE en Sevilla, afirma que “uno no se levanta por las mañanaspresidente y se quita la Presidencia por las tardes”, pero el azoteGonzález Pons insiste en dedicar a ZP un doblete de insultos: “Sabíamosque Zapatero es un tramposo, pero no que además es un gorrón”
En el aburrido programa entre Mayor Oreja y López Aguilar, el 1º ledice al 2º: “Mientras nos jugábamos la vida por la democracia ustedaprendía guitarra”
Y Sáenz de Santamaría comparando los trajes paraCamps con un “detallín” o con regalos de “productos típico”, por valorde 12.300 euros. Y Ortega Lara, reapareciendo para apoyar a su “buenamigo” Mayor Oreja del que dice “Tras la poblada barba de osito depeluche sepan que hay un hombre bueno”. Tierna metáfora.
De lasfilas contrarias surge la secretaria provincial del PSPV de Valencia,afirmando que el mitin de Alicante al que ha asistido el líder del PP,Mariano Rajoy, se ha asemejado “a un concurso, una Operación Triunfo desinvergüenzas en la que compiten Francisco Camps y Federico Trillo”.
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