
“Me dijeron ayer en la radio: «¿Está usted comparando el escrache con el terrorismo?» Tuve que defenderme: «¡No, no lo comparo! El escrache es terrorismo».
Hoy Javier Pérez de Albéniz se suma al apasionante debate y lo hace de esta guisa:
“Un presidente del Gobierno que miente repetida y descaradamente, incumpliendo tanto su programa electoral como su compromiso de transparencia, es el representante legítimo del pueblo. Un presidente de la Xunta que se reúne con un narcotraficante en el yate de este último es un adalid de la democracia. El presidente de un banco que quiere poner en la calle a la familia del trabajador en paro, porque no puede afrontar el 25% de la hipoteca que le falta por pagar, es un emprendedor. El rey que ama tanto España como para cobrar comisiones y tener cuentas en Suiza es un garante de las libertades. El ciudadano que por la calle llamé “¡sinvergüenza!” a cualquiera de los cuatro individuos anteriormente citados es un peligro social, un acosador y un filoterrorista.
