La palabreja al parecer procede del lunfardo -argot del Río de la Plata-derivada a fines del siglo XIX de diferentes dialectos del italiano, de palabras como scaracciare-screacé (escupir), schiacciare (golpear, destrozar) y scaracio (escrito, impreso, luego pasaporte). Asimismo la Real Academia Española defineescrachar como: “romper, destruir, aplastar”.
Pues bien creemos que, seguramente por el descontento reinante a todos los niveles se está conjugando en demasía y practicando de lo lindo el verbo escrachar. Una consecuencia del fenómeno, además de la humillación y el miedo que se les refleja en el rostro a los escrachados es el diferente enfoque que se le da, desde una cierta comprensión hasta una abierta intolerancia, caso de Edurne Uriarte que afirma que ”las hordas de Ada Colau no son fascistas, son comunistas, en todo caso. Y tienen mucho más éxito social que el fascismo”
“Me dijeron ayer en la radio: «¿Está usted comparando el escrache con el terrorismo?» Tuve que defenderme: «¡No, no lo comparo! El escrache es terrorismo».