Los únicos que parecen contentos son los premiados con la ¿estatuilla? –mejor será dejar esta denominación para el trofeo de los Oscar, mucho más ligero- de los Goya., de dimensiones bastante más contundentes.
Hay una serie de damnificados, como Almodóvar, Banderas, por mucha buena cara que pongan –el manchego más bien de circunstancias-, la presentadora Eva Hache que sale mal parada en comparación con Rosa María Sardá y Andreu Buenafuente, la caverna disgustada por la película documental de Isabel Coixet Escuchando al juez Garzón, regodeándose de que en taquilla solo haya recaudados 7.064,19 euros, de Paquirrín que –a buenas horas, mangas verdes- se siente ofendido por los comentarios sobre su poca adicción al trabajo, a cargo de Santiago Segura –su discurso mordiente e hiriente quizá lo mejor de la gala al lado de los bellezones que desfilaron y que seguramente habrán ofendido a las feministas radicales
Les dejo una impresión sobre la gala de Carlos Boyero, tan corrosivo como siempre, que además muestra sus preferencias sobre la película ganadora, No habrá paz para los malvados y su director Enrique Urbizu , en detrimento de las “tan pretenciosas como lamentables La piel que habito y La voz dormida”
Se considera afortunado por haber llegado tarde a la gala “por culpa de Messi, ese futbolista prodigioso cuyo universo expresivo solo puede referirse a su arte” al que compara con otro de nombre Cristiano (no ofendamos en vano el nombre de Ronaldo, el negro, el autentico, el único, el que no precisa de márketing).
Tag: sociedad
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