
Cuando José Blanco, todo ufano, le enseñó hace poco al secretario de Estado de Transportes, el norteamericano Ray Lahood, nuestra presente y futura red de Alta Velocidad, este, representante del gobierno más poderoso del mundo, EEUU, le espetó: «Ustedes son muy ricos. Nosotros no nos lo podemos permitir.
No obstante, tomamos nota y os tomaremos como ejemplo” (Bueno, esto
último me lo he inventado aunque seguro que eso es lo que pensaría:
cuando puedan copiarán el modelo español ) Pero…¿se puede permitir
España, desde que González llevó el AVE a Sevilla en los 90, invertir 97.000 millones de euros?
No todo el mundo, y no queremos aguar la fiesta que se vive en estos días en Cuenca, que ya ha comenzado a existir, en Valencia y Albacete,
cree que estemos acertando con tamaño gasto en esta maravillosa
infraestructura que tan cara resulta y a la que pocos españoles pueden
acceder si tenemos en cuenta no sólo el precio de los billetes,
a veces más costosos que los del avión, sino, lo que es más grave, el
nivel de renta de los españoles que está por los suelos. Y aunque los
mayores de 60 años tengan un 40 % de descuento algunos días de la semana
o existan tarifas web –para horarios de madrugada y que desaparecen
antes de ponerlas- siguen siendo caras sus tarifas.
Así algunos opinan que haber sustituido el plan de
modernización de los ferrocarriles de 1987, que habría mejorado la
mayor parte de la red -170 km/h velocidad media, 240 km/h velocidad
punta- puede tener graves consecuencias
Tag: política
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