
Todavía resuenan en los oídos desprevenidos de losespañoles aquel “hijo de puta” que dedicó a uno de su partido cuando sealegró de que un comunista hubiera ocupado su lugar. Todos losprogramas posteriores, sobre todo los de humor, encontraron un filón y el Gran Wyoming y Ángel Martín estuvieron que se salieron.
Pero el mal ejemplo cunde y se está extendiendo comoun reguero de pólvora sin que las instituciones que hasta ahora hanvelado por la moral y buenas costumbres hayan movido un solo dedo. Esel caso de la Iglesia con tantos frentes abiertos, como decidir si JuanCarlos I puede comulgar a pesar de firmar la nueva Ley del Aborto o undiputado de Teruel que la haya votado, o mandar a un manicomio para suanálisis al cura toledano adicto al sexo virtual y real y a dejar, sino lo descubren, a las parroquias de Noez y Totanés como un erial.Además este tonsurado ha abierto otro nuevo debate en la sociedadespañola: si tener 15 cm es estar bien dotado como si no tuvierabastante ahora que está dilucidando si el baile de Belén Esteban es tanhorroroso como se ve: “ayer recibió tan sólo 28 puntos de un juradoque la veía “jiñada” sobre el escenario pero ella está conforme, Jesulín me daría un cero y una patada en el culo de complemento, perociertas puntuaciones que no proceden de su jurado se las pasa por lapeineta”.
Tag: sociedad
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