Se siguen produciendo noticias alarmantes después de la concesión del tercer grado al etarra Uribetxeberria –el que, según el justiciero universal Garzón era partidario de que a Ortega Lara se le dejara morir en su ataúd -.
Ahora lla Audiencia va a decidir si concede la libertad al etarra con cáncer, pero para más INRI, sobre todo para los partidarios de la pena de muerte, que haberlos haylos, o de la cadena perpetua para los asesinos en serie –que no son otra cosa que los que matan repetidamente, alguno de ellos están en libertad gracias a la laxitud judicial- el Constitucional estudia si libera a una veintena de etarras, presos de la ‘doctrina Parot’ que han pedido que se les aplique la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
En la calle hay cierta alarma social, sobre todo en aquellos familiares que han tenido presos enfermos de gravedad y que han muerto en prisión y entre aquellos que opinan que tal decisión es una claudicación del Estado de Derecho y una humillación a las víctimas.
Seguramente lo que frena algo a la caverna y a Mayor Oreja y toda su caterva que ya venía avisando de la negociación con ETA, es que estos hechos y los que vendrán están ocurriendo bajo la gobernación de baja intensidad de su señor Rajoy y no del pelele vendido a la morisma y a ETA, Zapatero, que ya goza de una amable jubilación, habiendo dejando sin argumentos y sin voz a aquella jauría que lo increpaba siempre que salía de su madriguera monclovita, incluso en aquellos actos en memoria de los caídos españoles en distintas guerras.
Más opiniones sobre el nuevo problema las encuentro en Periodista Digital:
“A la hora de la verdad, con más de un centenar de asesinos etarras simulando estar en huelga de hambre y aprovechando el ‘sesteo informativo’ del verano, al Gobierno Rajoy le han temblado las piernas y ha claudicado.