Según costumbre inveterada en nosotros no escuchamos el mensaje de nuestro Rey, lo que no quiere decir que no lo respetemos, al contrario somos sus defensores acérrimos porque es el único que, teóricamente, puede salvaguardar la unidad de España al ser el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas. Y deseo que no vean en estas palabras ni un ápice de ironía: es la pura verdad, porque si vamos a dejar los destinos dela Patriaal zapatero o rajoy de turno, aviados vamos.
Y como no escuché el discurso del Rey – no confundan el título con el de la película El discurso del rey, The King’s Speech , en la que el duque Alberto de York decide recurrir a Lionel Logue , un terapeuta del habla poco ortodoxo, para superar su tartamudez – les dejo un resumen que se hace del mismo en el digital ultraderechis ta Libertad Digital, valga la redundancia, en el que siguiendo la línea editorial de su directivo Fede Jiménez Losantos en donde se echa de menos que Juan Carlos I no se refiriera a sus propios escándalos, como las disculpas que tuvo que pedir tras el accidente en Botsuana donde se encontraba cazando elefantes con la princesa Corinna zun Sayn-Wittgenstein. O el que rodea a su yerno, Iñaki Urdangarín, por el Caso Nóos:
“En uno de los discursos de Nochebuena más cortos de los que se recuerdan, Su Majestad el Rey don Juan Carlos, con un aspecto informal, apoyado en su mesa de trabajo y no en la tradicional silla junto a la representación del Misterio, ha eludido todos los temas de candente actualidad y que le afectan directamente.
Sus palabras han ido dirigidas a la crisis económica y a la política, “la política con mayúsculas“, que ha reivindicado sabedor de que “no vive sus mejores horas en la percepción de los ciudadanos” y también porque “no todo es economía“, frase que ha enfatizado repitiéndola. Un énfasis que choca con el mensaje en el que ha querido insistir una y otra vez Mariano Rajoy ya desde que preparaba la campaña electoral previa a las elecciones que le colocaron enLa Moncloa al frente del Gobierno.