Alguien me ha ajustado las cuentas de las veces que en el presente blog se ha tocado el tema de la desaparición y posible muerte de Marta del Castillo. Según esas cuentas el tema habrá sido posteado cerca de ochenta veces. En casi los tres años transcurridos ha habido de todo: desde múltiples tomaduras de pelo a policía y jueces por parte de los autores materiales del infanticidiohasta intentos de politización por parte de algunos políticos y desvergonzadas e ilegales “platós” por las mismas televisiones en que han sido convocados menores implicados de alguna manera previo pago a sus progenitores. Eso fue al principio.
A lo largo de este tiempo padres, abuelos y tíos de la niña también han pasado por distintos medios aunque en este caso si tiene explicación para dar salida a su dolor. Incluso se han celebrado masivos funerales por Marta en importantes basílicas en los que al lado del sufrimiento intenso de los familiares estaban los líderes de determinados partidos en un caso claro de politización, como si los demás partidos fuesen ajenos a tamaña desgracia.
Ha llegado la hora del juicio y deseamos que el hecho no se convierta en el circo que desean las televisiones. El público necesita emociones fuertes, morbo a espuertas, un morbo distinto al provocado por la boda de una duquesa, perjudicada más que por la edad por otras afecciones, con tan curioso novio dispuesto a sostenerla en pie en la salud, en la enfermedad y en los bailes por sevillanas.
Las televisiones, pues, han vuelto de nuevo a la carga y en Sevilla. Les dejo a Pérez del Albéniz, más ducho en estos menesteres que les explique aquello de que “el fiscal explica la violación y el estrangulamiento con la alargadera”, que se puede leer en la pantalla del televisor, junto al logotipo de Antena 3.o o la aparición de las nievesherrero del siglo XXI, discipulas de aquella queconvirtiera en espectáculo el dolor de los padres de las niñas asesinadas en Alcásser (Valencia).