Los que, en la quedada de Zaragoza, han elogiado hasta la extenuación a José Luis Rodríguez Zapatero, Zapaté, entre otros apodos para Carlos Herrera, provocando algún que otro sonrojo entre los propios socialistas e incluso entre muchos de los 11 millones que lo votaron, han sido José Blanco y Manolo Chaves, “conmilitones” de Zapatero, los mismos que son atacados por el beato Juan Manuel de Prada y Martin Ferrand incidiendo ambos en la incultura de los portadores del turiferario a orillas del Ebro en el empleo de la sintaxis de los tiempos verbales no habiendo, sin embargo hecho alusión alguna a la discreta dislexia del andaluz.
De Prada dice que “el olor a cadaverina embriaga de tal modo a los panegiristas[socialistas]
que pierden incluso el dominio de los tiempos verbales” “Así la ha
ocurrido al inefable Manuel Chaves, que ha echado mano de un subjuntivo (todo un alarde, en un hombre que repudia la gramática)…”. De Blanco, por utilizar el pretérito perfecto en “No conocí un socialista mejor nunca”. “Es el tiempo verbal que suele emplearse en los discursos fúnebres y en los epicedios, ante la tumba de quien está criando malvas, como hace Manuel Machado en su célebre epitafio a Alejandro Sawa; ‘Jamás
hombre más nacido/para el placer, fue al dolor/ más derecho’. Resulta
improbable que don José Blanco haya leído a Manuel Machado (resulta
improbable, incluso, que haya leído a Antonio), pero el piropo que ha
dirigido a Zapatero…”.
Y Manuel Martín Ferrand:“Palocortao’, un amigo gaditano que hace honor, en elegancia, y sutileza, al vino de Jerez del que toma su nombre de guerra, dice que lo mejor de Manuel Chaves, el vicepresidente que no se sabe para qué sirve, es el peinado. Pudiera ser porque sus ideas se corresponden con las de los mosquitos, duelen, vuelan y molestan por su inoportunidad”
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