

Nos ha venido muy bien para recuperarnos de la “crisis del pepino” - metedura de pata de la ministra de Sanidad de la ciudad-Estado de Hamburgo, Cornelia Prüfer-Storcks que acaba de decir que la E. coli no está en nuestros pepinos, el notición de que Soraya Sáenz de Santamaría, portavoz del PP en el Congreso, está en estado de buena esperanza.
De ello nos hemos enterado el resto de los mortales después de Rajoy, como debe ser y lo ha comunicado al término de la rueda de prensa de la Junta de Portavoces de la Cámara Baja siendo estos los detalles: “dará a luz a su primer hijo el próximo mes de noviembre, estando por lo tanto en estos día de tres meses.
Se encuentra bien, sin molestias y con mucha energía, que le permite no
haber tenido que reducir su intensa agenda política.” El presidente de
su partido, Mariano Rajoy, está muy pendiente de su gestación desde que
tuvo conocimiento del embarazo. Sobre su ronquera ha afirmado que no se debe a las celebraciones por la apabullante victoria de su partido sino porque no puede tratar con medicamentos su afección de las vías respiratorias altasdebido a su preñez.
Pero las emociones no vienen solas. Cuando aún permanecíamos casi enestado catatónico, henchidos de gozo por la emoción de la buena nueva de Soraya, otra bomba informativa nos vuelve a sumir de nuevo en otra especie dealelamiento: Belén Esteban podría estar embarazada.
Ayer tarde en el plató de Sálvame se dio varias vueltas por el mismo subiendo y bajándose la camisa para lucir su tripa, o “tripita”, como dicen las crónicas, jugando a una especie de ratón y el gato con la audiencia que estremecidaasistía a la noticia de un si es no es estaba embarazada.. Debe pensar la “princesa” que tiene una barriga bella, como la de una tierna adolescente…
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