
Marta del Castillo, que desapareció una noche de enero de 2009, sigue sin aparecer y aunque los que participaron en el rapto, secuestro, violación y previsible muerte han sido todos detenidos y acusados de esos supuestos lo cierto es que su cuerpo sigue sin aparecer: el Estado de Derecho, con sus infinitos medios, no ha sido capaz de obtener la ansiada respuesta de los jóvenes que perpetraron tan terrible acción: qué hicieron , a dónde llevaron el cuerpo de la joven una vez consumados tantos crímenes de una sola tacada.
¿Sabrán estos jóvenes delincuentes, habrán sido informados por el picapleitos de turno de que la aparición del cuerpo de Marta del Castillo es fundamental para tipificar qué clase de delito se ha cometido y determinar las penas que afronten los acusados si son condenados.?
Si casi dos años y medio después no ha aparecido el cuerpo es posible que no lo haga nunca con lo que las opciones de condena se reducirían bastante, opciones que van desde la de que el crimen de Marta del Castillo quede impune si no aparece el cuerpo hasta la de que se le puedan imputar otros delitos, como secuestro o detención ilegal, pero no condenar por asesinato u homicidio.
Un ejemplo: a los secuestradores de Publio Cordón no se les ha condenado por asesinato, solo por secuestro aunque las penas en este caso son muy parecidas a las de homicidio. Y en el caso de Marta podría darse el “in dubio pro reo” porque una simple mancha de sangre en una cazadora puede que no sea una prueba suficiente por lo que sería bastante difícil condenarlos sin cuerpo que es el que permitiría al forense determinar si ha sido un homicidio, un asesinato o, incluso, si fue arrojada al río con vida, lo que serviría para acusar a todos los que participaron en esta acción de un homicidio imprudente.
Por todo ello no es extraño que Antonio del Castillo, sabedor de todos estos extremos, reduplique sus esfuerzos en un intento desesperado para que se siga buscando a su hija, en una carta abierta a Pérez Rubalcaba, le recuerda que “ha tenido la desgracia de perder una hija en circunstancias todavía insólitas, pues si se acuerda todavía después de dos años y medio no han sabido hallar su cuerpo”,
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