

El historiador Enrique Moradiellos , ya criticó al historiador Luis Suárez, cargo político con Franco , de la Hermandad del Valle de los Caídos y autor de labiografía de Franco por escribir que “Franco no solo que no fue dictador, sino buen cristiano, buen gobernante, que salvó a España del comunismo y que le dio paz y prosperidad”, lo que no le pareció sensato.
La Comisión de Cultura del Senado, con el voto en contra del PP, pidió la rectificación del Diccionario por el sesgo ideológico de algunas de las biografías el empleo de los términos “rojo” y “enemigo” para designar a autoridades y combatientes leales al régimen legal de aquellos tiempos, un trato descarado a favor de los políticos de la derecha y militares rebeldes y un inusitado tratamiento en un Estado laico de los “mártires” de la religión en la contienda fratricida. También son muy llamativas algunas entradas frívolas, como la que se refiere al primer azafato de Iberia, Fernando Castillo y la mala acogida que tuvo por parte de sus compañeras, dándose por ejemplo más importancia que a Sara Montiel, Agustín Gaínza o Juan María Arzak.
A la biografía de Esperanza Aguirre le dan casi el mismo espacio que a la de Franco y no dejan de citar el que saliera ilesa de un accidente de helicóptero con Mariano Rajoy, en 2005 o del atentado terrorista en Bombay:”En estos episodios no pocos observadores vieron, al lado del beneficio de la suerte, una capacidad especial para adoptar decisiones rápidas en situaciones críticas o para adaptarse a lo inesperado”, aunque por el segundo episodio fuese tachada por muchos de cobarde y oportunista.
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