Más que controversias se podría hablar de la controversia acerca del atentado terrorista que se cometió en Madrid por gente relacionada con Al Qaeda y que en principio se atribuyó al terrorismo español representado por ETA. Acto terrorista que fue relacionado en su día por sus autores y mentores por la presencia española en la guerra de Irak y del mismo tipo que los llevados a cabo en Nueva York. Londres y Casablanca, este último también contra intereses españoles en su embajada en el país vecino.
Tal masacre fue juzgada y sentenciada en su día, pero a pesar de ello determinados medios han fabulado una teoría de la conspiración
que no cesan de alimentar con supuestos nuevos hallazgos, ahora en un
vagón que lleva 8 años en el mismo lugar en que fue depositado después
del atentado, hallazgo que “ha obligado” al nuevo fiscal general del
Estado, Eduardo Torres-Dulce , salido del nuevo gobierno, emanado de aquel partido que gobernaba el país cuando sucedieron los hechos, a “examinar” las chatarras encontradas, y posiblemente obligado a hacerlo por los mismo medios de ultraderecha o no se sabe de qué color, medios que, como dice hoy en El País, Juan Cruz:
“oscureciendo lo que pasó dañan a quienes lo sufrieron. La voluntad
de ese periodismo es la de acertar dañando. Oscurecen para ganar
(lectores, dudas) y no les importa que la mentira sea tan evidente como
la intención con la que la expulsan. Ánimo para superar aquella terrible
memoria, desdén para los que quieren aprovecharse del dolor alimentando
dudas que no existe más allá de la capacidad de manipulación de un
periodismo que no sabe decir su nombre”
Tal confusión ha conseguido que las víctimas del terrorismo, la de este en particular, los familiares de las víctimas del 11-M , y la de la AVT, que recoge todo tipo de terrorismos, sobre todo el etarra, recuerden hoy por separado a los 192 fallecidos en la masacre.
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