
Es saludable, e incluso justo y necesario dejar a un lado la dimisión de Camps, un palo en la rueda del PP que ha desaparecido de momento, pero que está dejando amargor de boca en algunos, como el portavoz del partido que recomienda a Rubalcaba extrañas chupaditas de la misma medicina que ha tomado Camps, o queriendo equiparar a la Gürtel con el Faisán cuando es sabido que Rubalcaba no está imputado por delito alguno o, llegando a la exageración de Juan Cotino, presidente de las Cortes Valencianas, quecompara a Camps con Adolfo Suárez y con Galileo Galilei, afirmando que”al igual que sucedió con Galileo, el tiempo y la historia van a hacer justicia con Francisco Camps”. No lo creerá tan inocente su partido cuando lo han obligado a dimitir.
Es saludable dejar a un lado este pestilente asunto de los trajes y de la corrupción que ha traído a Valencia la infiltración de la Gürtel mediantedádivas a los políticos de las que los trajes y demás complementos importados de Italia para satisfacer la increíble vanidad de algunos–qué listos son los delincuentes- son solo la punta del iceberg.
Es más saludable la contemplación de “El Descendimiento“, una de las obras maestras de Caravaggio, el maestro del claroscuro, y que el Vaticano nos ha prestado dos meses, seguramente como artística punta de lanza ante la próxima visita del Papa a Madrid. Para los que vayan en los próximos meses al Museo del Prado sepan que estará presidiendo la sala 4 del museo, junto a “David vencedor de Goliat” la única pintura del genio del barroco allí existente.
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