Aunque parte del título del post es idéntico al de un artículo que firma hoy en El País Miguel Aguilar, sacado a su vez de la frase de Miguel Ángel Moratinos, según la cual “ni un soldado más iría a Afganistán”, no nos ha importado reproducirlo dado su carácter sintético, que llega mejor al lector y lo hemos hecho porque el problema, que no es ninguna broma, nos afecta, como al resto de los españoles, en cuya memoria colectiva está una serie de guerras exteriores en que España se vio inmersa en el pasado, una de ellas la de Marruecos, con los beneficios de todos conocidos.
No siendo antimilitarista ni mucho menos-dada la condición humana los ejércitos son indispensables- sino por otra serie de razones de índole privada, entre las que no está la de ser objetores,- ya dedicamos algún tiempo de la juventud al duro entrenamiento estival en los campamentos rondeños de la IPS, y posteriormente, con los galones correspondientes en la isla de César Manrique-, y al ser privadas las razones son impublicables, se nos ponen los pelos como escarpias cada vez que nos enteramos de que van a enviar más soldados al exterior a batirse el cobre en misiones humanitarias cuando en realidad están interpretando estas acciones, de una manera puramente economicista, desde ciertos sectores que dicen estar en el meollo del asunto. Desde luego España por dinero no está.
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