En la Comunitat valenciana el PP ha obtenido 1.208.603 votos por los 684.893 del PSOE, al que casi ha doblado gracias al tirón de Francisco Camps que en la noche electoral se adornó con la frase antológica: “El pasado no tiene valor, sólo lo que hagamos cada día porque el mañana es más importante que el ayer”
Pero al parecer, ese pasado que sus votantes y él mismo quieren hacer desaparecer por arte de birlibirloque llama de nuevo a su puerta. Ignacio Escolar lo interpreta así:
“El Tribunal Superior de Justicia valenciano ha comenzado a investigar a gran parte de la cúpula del PP de Camps por gravísimos delitos de corrupción.
Es legítimo preguntarse por qué la justicia no tomó esta decisión
antes. Visto el resultado de la Gürtel en las urnas, no creo que la
oposición se queje. Si los jueces lo llegan a anunciar antes de las elecciones, lo mismo la victoria del PP habría sido incluso mayor.
¿Por qué razón no pasan factura a
algunos partidos los escándalos de corrupción? ¿Por qué apenas no resta
votos que el primero de la lista esté imputado por un delito tan grave
como el cohecho, que en castellano común significa soborno? Algunos estudios dicen que la clave es la información:
allí donde no hay apenas medios críticos, el desgaste es casi
inexistente. Unos pocos dicen “Gürtel”, otros muchos responden “tres
trajes”, y en el ruido generado entre información y propaganda, el ciudadano acaba ignorando ambos mensajes y los anula a la hora de votar.