Como si en el escenario español no hubiera gente digna de sersatirizada, hombres y mujeres relevantes, sobre todo en el mundo de la política, del clero, de la empresa,de gente, en fin, que dicen ser servidoras de los demás y lo que hacenes utilizar su estatus para medrar, como si el resto de compatriotas sechupara el dedo.
Como si no existieran vivos que son eso, unosvivos, merecedores de que caiga sobre sus espaldas todo el peso de lasátira y el sarcasmo van estos humoristas y los programasen que trabajan, a los que al parecer se les ha agotado la imaginacióny tienen que recurrir a desempolvar figuras del pasado, siniestras paraalgunos y objeto de admiración para otros, y entre estas figura brillacon luz propia Franco, Ese Hombre, como decía aquella películade José Luis Sáenz de Heredia, y de cuya desaparición física y con elpermiso del Juez estrella vamos a celebrar el mes próximo el 34ºaniversario.
Como si se hubieran puesto de acuerdo dos televisiones y con ánimo lógicamente humorísticohan programado espacios en que sale nuestro antiguo dictador, algo quea mucha gente, entre los que quizá nos encontremos, debido seguramenteal respeto a los muertos propio de la civilización judeo-cristiana enque hemos crecido, quizá agrade más bien poco.
Una de ellas, en el programa de los viernes DEC, y en el que sorpresivamente salió el humoristaCarlos Latre imitando a Franco para dialogar con su nieta Carmen MnezBordiu, que obtiene muy buenos dividendos por estas entrevistas-su caché está en los 90000 euros que harían la felicidad de las familiasmileuristas que en España son la mayoría- y a la que lógicamente noagradó: “ “Lo he encontrado de muy mal gusto, no tiene ninguna gracia,y todo esto ha oscurecido el programa”, “Me he quedado porque soytolerante y odio la intransigencia”. Fuera de cámara la nietísimaafirmó que se sintió en una “encerrona” y que no pensaba volver a DECen la vida.
Tag: sociedad
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