Qué bajo está cayendo la sociedad española, en este caso la catalana, cuando, para atraer a los votantes a las urnas, tiene que recurrir a “empalmar” literalmente al personal pues no tiene otra interpretación el enfoque que se le está dando a la campaña. Qué diferencia hay entre los políticos actuales
y los de otras épocas, sobre todo si nos remontamos a los de épocas más
pretéritas, como las anteriores a la guerra civil, políticos en
estado puro, tanto los de derecha como los de izquierda y ahora incluso
aparecen envolviendo su desnudez con una toalla… Pero qué queremos: lo
burdo y lo zafio ha acabado por imponerse, estamos recogiendo los frutos
de los bajos niveles de educación de la sociedad. Los horrores de la televisión, que comenzaron con las Crónicas marcianas y siguieron con los Gran Hermano, los Sálvame y los DEC, han acabado calando en la sociedad.
Lo cierto es que nos hemos encontrado de sopetón con una campaña electoral que nos está bombardeando de una rijosidad que
nos tiene bastante acongojados. ¿Qué ha hecho este país, además de
tener parados a cerca de 5 millones de españoles –Zapatero nos echó ayer
un nuevo jarro de agua fría- para que se le ponga por delante el
travestí Carmen de Mairena, que se presenta a las autonómicas catalanas con un programa que incluye la construcción de “follódromos” y de huertos ecológicos de marihuana ?. O como dice Carmelo Jordá en “Erecciones catalanas”: “Uno pensaba que la de Cataluña sería una campaña caliente, pero desde luego no me esperaba esto, sino la pelea políticanormal
en el principado: que todos le atizasen al PP mientras los populares
sonrieran como si la cosa no fuese con ellos. Pero en lugar de los rebuznos habituales, lo que estamos escuchando son gemidos, en lo que no sé si es una escalada en la estupidez o un descenso en la depravación, pero que sea lo que sea no deja de llamarme la atención. Continúa leyendo...