
No se me ocurre otra frase más gráfica, sacada de los anales del fútbol y pronunciada por el nacionalista vasco, el futbolista y representante de la furia española Belauste: “Estando yo en posición ventajosa para anotar, y viendo queSabino avanzaba con la pelota, le dije simplemente: A mí, Sabino, que los arrollo. Después, rodamos tres o cuatro por el suelo”, para explicar la victoria del PP sobre el PSOE en las autonómicas y municipales: no ha sido una victoria simple sino abrumadora. Lo ha arrollado literalmente, le ha sacado más de dos millones de votos.
Qué cara le ha costado la crisis al gobierno, la crisis y su gestión. Qué de conclusiones van a obtener de estos resultados los tertulianos de extrema derecha, aquellos que pedían ayer que se lanzaran las tanquetas sobre los pacíficos manifestantes del 15-M. Qué dirán ahora de los resultados de los, según ellos, proetarras de Bildu, segunda fuerza en el País Vasco, que controlará al menos 88 consistorios. Qué dirán ahora de que en Andalucía los votantes socialistas hayan sido castigados tan duramente por los casos de corrupción y en Valencia los imputados hayan sido premiados con mayorías absolutísimas.
Ahora les ofrezco una visión más profesional y menos apasionada de ladebâcle a cargo del periodista Ignacio Escolar:
“El bipartidismo ha muerto, ahora llega el monopartidismo: el inicio de una nueva época en la que el dominio del Partido Popular sobre el poder político español parece que será absoluto, abrumador. El resultado ha roto las peores expectativas del PSOE, que ya eran malas de por sí. A la debacle autonómica y a los diez puntos de ventaja hay que sumar los cientos de partidos independientes que rascan votos en las municipales que, en las siguientes elecciones, serán mayoritariamente para el PP. Suben otros partidos pequeños, como IU o UPyD, pero reina en solitario la derecha. En unas generales, este mismo resultado habría dado una gran mayoría absoluta a Mariano Rajoyequiparable a la del año 2000 de José María Aznar.
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