El mangurrino de Wert sigue produciendo declaraciones ostentóreas, Lás últimas: “dudemos de que un estudiante universitario que no sea capaz de obtener una nota media de un 6,5 para obtener una beca esté bien encaminado ydeba continuar sus estudios universitarios. Quizá es que debería irse a aprender un oficio, a la FP”
Demagogias aparte –aquella en que se apoyan tanto los tertulianos de todo signo- se tendrá que investigar sobre si exigir 6,5 de nota media para poder optar a una beca universitaria no es una exigencia exagerada, ya que las becas no sólo se conceden para que estudien quienes no tienen suficientes recursos sino que “también son un componente de la política educativa, tiene una base social y se dan para que estudien”.y si para obtenerlas, además, la unidad familiar tiene que ganar menos de 38.500 euros se ha de concluir que el 85 por ciento de los hogares españoles está en esa amplia horquilla.
Pero siguiendo el criterio del 6,5 de media en las calificaciones, España quizá se hubiera perdido el que dos de las glorias más preclaras de la política moderna, Aznar y Rajoy, hubieran accedido a carreras superiores y, por consiguiente, optar a las oposiciones de hacienda o a las de registradores de la propiedad, de las más difíciles, sobre todo la segunda en la que hay que ser un empollón consumado, lo que nos hace pensar que Wert tendría que haber sido ministro 40 años antes y así se habría evitado el acceso de estos dos prohombres a los cuadros superiores del partido que tuvo como daño más visible, entre otros, la aparición de la burbuja inmobiliaria que creó 3,5 millones de puestos de trabajo, los mismos que se volatilizaron después del estallido o que un hombre de poco carácter se convirtiese en rehén del virago Merkel, arrastrándonos a todos hacia el abismo de la recesión.
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