Indudablemente el órdago soberanista le ha fallado a Mas que ya se veía como un nuevo Moisés ,o “Masías”, empuñando la milagrosa vara – al igual que la de su homólogo del antiguo Testamento- del Referéndum y dejando a su pueblo en la Tierra Prometida de la independencia, eso si, con la pesada carga de los 40.000 millones de deudas, expulsado a las tinieblas exteriores, fuera de la Unión Europea, y hasta mendigando la inclusión del Barça, que es “mes que un club”, en las ligas francesa o española.Pero aunque haya perdido 12 escaños en el Parlament catalán, ha ganado las elecciones y si quiere alcanzar su independentismo de derechas tendrá que vérselas con ERC, que ya sabemos cómo se las gasta –que se lo pregunten al conocido como pérfido y arruinador Zapatero, como se le conoce en ciertos medios, aunque en los mismos Rajoy no sale muy bien parado: Un año de Rajoy: de las mentiras a la infamia.
Y ha ganado las elecciones y queda consolidada la mayoría independentista en el Parlament, -más de un 70 %- y ese hueso duro de roer es el que espera a los diferentes sabuesos que se alojen en La Moncloa, lo que preocupa a ciertos críticos que dejan a un lado la satisfacción por el hecho de que el proyecto personal soberanista de Mas se haya estrellado, como Federico Jiménez Losantos que afirma:
”El proyecto de secesión de España ha vencido, sin duda. Los partidarios de defender el estado español actual no llegan a 30 escaños e incluso sumando a los que quieren una España en porciones y desechable no llegan a 50. Sobre 135 escaños, eso supone una mayoría aplastante del separatismo”, así que no sabe a qué viene tanto jolgorio. “Y aunque sea un derrota personal de Mas, y hasta cierto punto, de Convergencia, el proceso ha recibió el respaldo popular que buscaba. Lo de menos era Mas. El separatismo sigue adelante”
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