La sacrosanta libertad de expresión que se
practica en España permite a unos mentecatos,
a los que no le sobra el talento, hablar así del actual presidente del
Gobierno sin que este esté envuelto en ningún proceso judicial:
Pío Moa: “Se va el mamarracho indecente”
González Pons: “Es lamentable que España siga gobernada
por “un pato cojo“
Carlos Dávila: ZP: “ese oscuro indigente
intelectual…”
Vázquez Rial:“…idiota tóxico”
Estas frases aparecen ya dentro de su contexto junto a una
muestra de variadas tendencias políticas y de comedores en distintos pesebres.
El menú es variado: para todos los gustos y estómagos.
Alfonso Guerra: “ es de
sinvergüenzas comparar los ERES andaluces con que el presidente
de una comunidad monte una operación para llevarse un beneficio personal”, “la
diferencia es tan brutal que resulta chocante que el PP pueda estar haciendo
bandera de una cosa como ésta; a cualquier persona decente se le caería la cara
de vergüenza y la diferencia es tan brutal que hay que ser muy sinvergüenzas
para decir que ambos casos son lo mismo”.
Carlos Dávila ante la marcha de Zapatero:
“Este individuo por fin se va, se fuga, pero no se marcha,“ “Hace 10 años, un
oscuro indigente intelectual del que apenas se tenía otra
noticia que su lucha en León por apartar del poder a todo el que se le oponía se
hizo con el santo y la limosna, nada menos que ante un rival que entonces gozaba
de todos los parabienes públicos, incluso de los llegados desde la más estúpida
derecha del país”.
González Pons: “Es lamentable que España siga
gobernada por “un pato cojo” (se refiere a Zapatero. Hay que
celebrar que no lo haya llamado “palomo cojo”) De paso acusa a Anticorrupción de
ser la Fiscalía Anti-PP y a Rubalcaba de ser “una peste para quien lo sufre”
José María Marco: “ Rubalcaba arrastra un
pasado tan cargado como turbio”
Gabriel Albiac:”Rubalcaba, un viejo zorro
herido, con serias oportunidades de que el Faisán lo lleve allá adonde llevara
el GAL a su colega Barrionuevo, a poco que los jueces se le pongan bordes”
Juan Manuel de Prada: “Si hay un rasgo
psicológico que distingue a Zapatero es su resentimiento; un
resentimiento melifluo, sibilino, casi amable, como envuelto en gasas y tules,
pero acérrimo como una úlcera gástrica y negro como el betún (…)
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