Y para más INRI en esta ocasión lo ha acompañado doña Sofía, la Reina, que entre unas cosas y otras, como el divorcio de su hija Elena –centenares de miles de mujeres españolas se divorcian en peores condiciones- no levanta cabeza, se muestra contrita, ha anulado algunos viajes aunque no este al Bizkaia Arena de Bilbo (Bilbao), que en mala hora se le ocurrió acompañar al Soberano que ya está más acostumbrado a estas iras de la hinchada que al parecer no es partidaria de la Monarquía: ya este verano en la entrega de su otra Copa, la de fútbol, fue pitado por más de 40.000 desconsiderados hinchas de lo más politizados.
Como estamos en democracia no ha ocurrido nada e incluso la televisión no ha omitido detalles del acto, no lo ha censurado como en la anterior ocasión. No ha ocurrido nada aunque una de las veces en que sus Majestades fueron abucheados, la de la Casa de Gernika, con la k vasca, como aquello ocurrió cuando la democracia estaba aún en mantillas a los pocos días entró Tejero en el Templo de la Democracia – una cursilada de tantas como se oye- aunque fracasó de la manera que todos conocemos: sólo consiguió dar un buen susto a los diputados aún no repuestos algunos.
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