Seguramente por tener aún resabios de la socialdemocracia socialista, rápidamente comenzó a cargar contra el centro-derecha actual en el que ha devenido Rajoy. El Registrador de la Propiedad en excedencia sabe que sólo así podrá desbancar en las próximas a la descafeinada izquierda en el Poder: también por eso abominan de él Aznar el Intransigente y toda la Vieja Guardia que ha quedado apeada momentáneamente excepto Esperanza a la que ella misma se ha disparado un torpedo en su línea de flotación con lo del espionaje a lo Mortadelo y Filemón o Mayor Oreja, enviado a Europa por si se estrella en la Elecciones y así se lo quitan de encima.
Aznar, de todas formas, sigue ahí impasible el ademán, pendiente de su afán, esperando que caiga la fruta madura, negando el cambio climático y cobrando 5 millones de pesetas-todavía válidas en el Banco de España.- por conferencia. Aún le queda un pequeño recorrido hasta alcanzar a Gore (30 millones) o Clinton (25 millones), y del que han mostrado estos días el escenario donde fue seducido por una becaria en un momento de debilidad: el salón oval que tiene unas notables proporciones cuando lo habíamos imaginado como un espacio reducido, recoleto, con poca luz, apto para la humillación a la que fue sometido. Oh, tempora, oh mores.
Así Rosa Díez, después de tildar a los medios que la critican de mediocres y papanata, de sectarios y acomplejados, al servicio del Gobierno y el PP que a su juicio intentan desacreditar a UPyD, en que unos –PSOE– le tachan de ser “muy de derechas” y los otros –PP– de ser “muy de izquierdas”, lo que muestra el nivel de ambos, acude a Losantos, uno de los que más la jalea en unión de Pedro Jota, muestra unos puntos de vista o ideología que podemos resumir en los siguientes puntos:
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