
No se molesten en buscar la palabra pelentrin en el diccionario de la RAE ni en otra buena cantidad de diccionarios que he consultado y referidos a términos específicos del campo del territorio andaluz y es por lo que , a la espera de que alguien me diga lo contrario, puedo afirmar que es un término campillero que se refiere aquel labrador que tiene unas cuantas fanegas de tierra diseminadas por la campiña, unos cuantos pujares –una de las muchas deformaciones que con el paso de los siglos hemos causado al idioma, ya que pujar proviene de pegujal o pegujar-, es decir, una pequeña porción de terreno cultivable, significado compatible con aquella otra: porción de terreno que el dueño de una finca agrícola cede al guarda o al encargado para que la cultive por su cuenta como parte de su remuneración anual.
Ambas tienen como denominador común la poca extensión. Pero mis dudas etimológicas me las ha resuelto, quien lo diría, el Sr. Word, o sea el software destinado al procesamiento de textos: meto el término pelentrin, no lo acepta y me lleva al término auténtico, es decir, a pelantrin que este si ya viene en el diccionario con el significado de labrantin, pegujalero.
El pelantrín es por lo tanto aquel ciudadano o que tiene unas cuantas tierras- curiosa sinécdoque en que tomamos las partes por el todo- o las cultiva simplemente, cedidas por el dueño.
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