En el séptimo día del juicio por el caso Marta del Castillo han comenzado a escucharse la primeras verdades objetivas visto que los imputados han dado varias versiones de los hechos amen de que la ley les autoriza a callar y por supuesto, a mentir . Algo que en teoría no pueden hacer los testigos so pena de ser acusados de perjurio , lo que hay que demostrar también.
Las primeras verdades son a cargo de la policía a la que El Cuco confesó espontáneamente que el día de los hechos, estuvo en el piso de León XIII
donde se cometió el crimen y vio a la víctima “muy ensangrentada”, algo
que ocurrió durante un traslado realizado desde el centro de menores de
Jaén donde se encontraba hasta Sevilla, cuando, tras conocer por boca
de los agentes que se habían encontrado restos de ADN suyos mezclados con los de Marta en el piso de León XIII, comenzó a llorar y dijo que el día de los hechos se encontraba junto a Miguel Carcaño
en la habitación de éste en León XIII y vio a Marta rodeada “de un
charco de sangre”. Ese día también afirmó que esa noche llamó al también
acusado Samuel Benítez desde una cabina de teléfono, mientras que también puso de manifiesto que la víctima “no está en el río Guadalquivir”.
En el octavo día del juici o interviene Rocío, la menor de Camas , que mantuvo una relación sentimental con Miguel Carcaño, confiesa que la noche del crimen este le dijo que, tras una discusión, golpeó a Marta con un cenicero y cuando cayó al suelo él y su hermano Francisco Javier Delgado la “remataron”, tras lo cual se deshicieron del cadáver ayudados “de unos más”.
Esa misma noche y “cuando ambos estaban en el dormitorio de su casa de Camas Miguel se levantó y empezó a vestirse
, algo que me extrañó por lo que le pregunté que dónde iba, y me dijo
que iba a su casa de León XIII a arreglar un problema con su hermano, a borrar pruebas antes de que nadie las viera, y me dijo que era un charco de sangre”.Volvió a las pocas horas y “me contó que habían quitado de en medio el cuerpo de Marta para que nadie la encontrara “, algo que “yo no me creía, no le daba crédito”.
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