Antonio –nombrémoslo con esa cercana familiaridad que da el trato diario en elinterné- intenta subvertir la denominación de facha -fascista, de ideología muy conservadora- que ya fueron ridiculizados en una revista de humor con personajes como Martínez,
un empresario que cree de verdad en los valores franquistas y que por
lo tanto no se adaptaba a la nueva situación política que se vivía, y Morales un facha de conveniencia, cuyos únicos valores son aquellos que le reportan mayor beneficio. Según eso hoy los rojos-sus contrarios- estarían hoy muy revueltos y muy difícilmente identificables. Pero para eso tenemos al corneta sevillano que intenta echarnos una mano: Burgosinvierte la tortilla inventándose una serie de sofismas para conducir al personal al objetivo deseado: la abominación de la forma de gobierno actual, el socialismo.
Ya antes el compañero Ussía le había hecho la introducción hablando de su infancia en los jardines de Ondarreta y con la misma finalidad:
“A mi pandilla pertenecían tres hermanos de una familia muy rica y
conocida a los que llamábamos ‘los prohibidos’: se aburrían una
barbaridad, porque no tenían permiso para hacer nada. Nos miraban a los
demás con pasmo, envidia y al final del verano, con resentimiento
destructor (…) Cuando crecieron eran antipatiquísimos, y las chicas
huían cuando los adivinaban a centenares de metros de distancia..
Jugaban mal al tenis, nadaban como patos, y no sabían controlar sus
nuevas y desconocidas libertades, comían mal y bebían peor. Se agarraban
unas tajadas monumentales, y el mal vino del rencor arruinaba todos sus
planes”.
Acabaron como tenían que acabar, de una manera horrible y truculenta: en el socialismo: cuando murió Franco, se hicieron socialistas y fueron consecuentes con su educación. El socialismo de hoy, es sobre todointervencionista y prohibicionista.
Nada le gusta más a un socialista que prohibir.Ese afán de prohibición
que tienen enroscado en el páncreas todos los descendientes del
resentimiento”.
Le coge el relevo su compañero en la selecta banda de cornetas, Antonio Burgos, y haciendo uso de una demagogia desmedida juega con unos supuestos como el
gasto autonómico, los soldados en el exterior, la prohibición del
tabaco y de los toros, los proetarras de Sortu, sobre la amenaza de la
libertad en España, los chorizos de uno solo bando…una serie de
lugares comunes que sonroja que una persona de su supuesta inteligencia
los manipule de tal forma seguramente para halagar a los que piensan
como él. Pero dejémoslo que se solace en la sinvergonzonería que atribuye a los “otros” utilizando unos términos tan vulgares como “cagueta” o “trincón”: