Aunque algunos medios encuadrados en el núcleo duro de la caverna mediática –ciertos encasillamientos se consolidan en el tiempo, como aquel de la “prensa canallesca”- las han calificado de “racistas” nosotros no llegamos a tanto y, como mucho, nos merecen el calificativo de “pintorescas”.
La libertad carnavalesca , una vez que feneció el Pequeño Dictador que en su día las prohibió porque eran un atentado a la moral y las buenas costumbres, se extendió por todos los confines del Reino de España y obviamente llegó a las entrañables tierras euskasldunas, donde han hecho de ella –de la libertad- el uso carnavalero que les ha dado la gana, así cual si fuera una gaditana comparsa que parodia a la rubia santanderina, su alcaldesa pepera Teófila Martínez, el PNV bilbaíno con su presidente Andoni Ortuzar, disfrazado de Obélix, ha advertido contra el virus de la “gripe H” que está afectando al País Vasco, también conocida como “Fiebre Hispaniae”, ejemplarizada en “el tribuno Rucius Piñeirus” –el presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Fernando Ruiz Piñeiro–, en “Rogolfus Aresius Lucenses de Hispania” –el consejero del Interior, Rodolfo Ares– y en “Pacus El-pez” –el presidente del Gobierno vasco. Patxi López. Este virus provocaría, entre otras cosas, “vagancia y pereza”. (O sea, las tesis sabinianas en estado puro: los españoles vagos, perezosos y sucios)
Justificación a posteriori del Ortúzar: “sólo pretendió “pasar un buen rato y hacer una crítica política: las alusiones a la “vagancia y la pereza” procedente de un supuesto virus H (de gripe hispaniae ) se refieren a “una cepa muy vasca y entroncada aquí” que “está en la otrora Ajuria Enea”.
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