Ylo es no sólo por el oro conseguido ayer en Berlín sino por sutrayectoria áurea vital marcada por el esfuerzo hacia una meta a la quellegan unos cuantos elegidos: ser la primera en el mundo en unadisciplina deportivaes algo que debe llenar de orgullo a quien lo consigue, y de paso atodos los que pertenecemos al mismo país, sin que nos concedamos ni unsolo ápice de autocomplacencia o de triunfalismo: es el premio a unesfuerzo y ese es un valor que los pueblos tienen que cultivar para noverse rezagados.
El origen de este post no es volver arememorar la gesta conseguida ayer, que ya habrá sido recordada hastala saciedad y diseccionada por los expertos deportivos, sino la particular y humilde debilidad que sentimos ante unos cuantoselegidos que consiguen ser los mejores en el mundo en su especialidad,exclusivamente debido al esfuerzo propio y estando dotadossimultáneamente de modestia unida al orgullo de representar a su paísen un tiempo en que en el mismo se producen unas tensionesinexplicables.
Son unos jóvenes, entre los que podemos citarpor su proyección mundial a Nadal, Gasol, Casillas, Fernando Alonso,ayer Marta Domínguez, que tienen por sus logros y por su ejemplaridad,unos efectos benéficos entre la juventud tan necesitada de ejemplos aimitar pues de los otros, de los que les sirven los distintos medios yla sociedad , ya están bien servidos.
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