Hoy, Jueves Santo, día en que la Semana Santa –todo en mayúsculas de acuerdo con la importancia centenaria que el sagrado evento tiene en España, por mucho que simultáneamente no haya pueblo de alguna importancia que haya dejado de pedir que la celebración sacra sea declarada de interés turístico, por aquello de la rentabilidad económica- alcanza su cénit se puede comprobar cómo la política se intenta mezclar con la religión para quedar bien con el pueblo, reflexión a la que nos ha llevado la sorprendente visión, en primera fila de un varal, de María Dolores de Cospedal en funciones de costalera.
La noticia más ampliada nos dice que la secretaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal,acudió ayer a Ciudad Real para presenciar la salida de los pasos del Jesús de Medinaceli y de la Virgen de la Esperanza de la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar, algo que no pudo hacer debido a la decisión de las hermandades de no salir ante el riesgo de lluvia. Pero in situ, y posiblemente movida por sus convicciones personales, quiso que su religiosidad se manifestase de una manera más aparatosa y poco usual hasta el momento en ella: espontáneamente puso su cerviz debajo de un varal o trabajadera para ayudar a los costaleros que estaban trasladando la talla del Cristo de la Caridad hacia su guardapasos.
Nos queda la duda de si la instantánea que nos sirven los medios, y que dura exactamente 32 segundos, ha sido “un robado” o bien la prensa ha sido citada tan diligentemente.