Losantos: el papel de Urbaneja y Paco González en el Mundial

Acabados los fastos de la celebración de la conquista del Mundial de fútbol donde han chupado rueda tanta gente, desde el Rey a Zapaterito del Barça, que ha hecho olvidar las penas a millones de españoles que se van a enfrentar a un otoño difícil y que han visto subir su moral y autoestima gracias a que Iniesta -ese si que una estrella sin ínfulas aunque no tenga un físico portentoso- metió el gol de su vida y de nuestras vidas, cuando cada uno de los 23 elegidos se va a embolsar los 100 millones de las antiguas pesetas gracias a su trabajo-es la FIFA la que paga, déjense de demagogias baratas- es hora de comenzar una revisión general del acontecimiento que ha tenido lugar. Cada uno tendrá algo que aportar aunque hemos preferido traer aquí “el repaso” que da Losantos a dos personajes que seguramente a él le caen mal, Urbaneja y Paquito González más que nada porque alguna razón tiene y porque su ponzoñoso verbo vende, no vamos a poner el del Caballero  Del Bosque más santo que muchos que ya están en los altares.

Dice Federico (de los Demonios, según Felipe González) de Urbaneja: “al portero de la selección se lo han hecho pasar tan mal los Urbanejas y Comadrejas que cuando acabó el partido se puso a llorar. Pero después de todo, no antes ni durante, sino como un caballero, después de todo. Ha sido un héroe.” “a la pareja de España. Iker y Sara les han machado mucho, les han hecho pasar la de Caín, los Urbanejas, Comadrejas y todas esas bestezuelas” “Urbaneja dimite, vete a tu casa, huye, pero como comadreja que eres, a algún sitio oscuro y sórdido, que es tu sitio. ¡Qué gentuza hay en España! Siempre el éxito provoca envidias y siempre hay gente miserable. Por eso, cuando los que persiguen porque son jóvenes, guapos, listos y encima ganan pues a jorobarse Urbaneja” . Después del beso de Sara Carbonero y Casillas: “yo estoy feliz pero no sé si por el beso o por la venturosa posibilidad de que Urbaneja dimita y se esconda en una zona de Haiti reservada para ciertas enfermedades morales.”

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