Nos referimos a José María Hinojosa, (Campillos, Málaga, 17 de octubre de 1904 - Málaga, 22 de agostode 1936) ,poeta español de la Generación del 27, introductor en España de la poesía surrealista y codirector en 1929, junto con Emilio Prados, de la revista Litoral, que murió fusilado en 1936 al comenzar la Guerra Civil Española, en el curso de una de las sacas que las fuerzas republicanas efectuaron en la Málaga posterior al pronunciamiento militar del 17 y 18 de julio.
Alfonso
Sánchez recrea en ‘El buzo y la aviadora’ el trágico final del poeta
malagueño fusilado en los primeros compases de la Guerra Civil. Nos dice
A. J. LÓPEZ en SUR:
“Ha
demostrado la Historia su ingente capacidad para generar casualidades
siniestras. Escapar de la casa en el Paseo de Sancha con la familia y lo
puesto para esconderse en un edificio bautizado como ‘El desfile del
amor’. Y allí esperar la salvación, la razón, como un milagro
improbable. Allí prendieron los milicianos a José María Hinojosa en los
primeros compases del verano del 36. Aquel 22 de agosto llovieron bombas
sobre la ciudad y, como represalia, su nombre apareció en una lista que
terminaba en el paredón. Tenía 32 años.
Aquellos
últimos días de terror y muerte conforman el poso de ‘El buzo y la
aviadora’, la obra de teatro en la que Alfonso Sánchez recrea las
postrimerías de la vida del poeta malagueño inscrito en la Generación
del 27 y desahuciado por ambos bandos cuando terminó la contienda.
«Quienes ganaron la guerra tenían muchos mártires a los que honrar y no
guardaban interés en un personaje que durante sus años de escritor había
mostrado su fascinación por el surrealismo y por asuntos como el sexo,
mientras que del otro bando también lo repudiaron por haber abandonado
las posiciones de izquierda», resumía ayer Sánchez, que durante años ha
investigado la vida y la obra de Hinojosa.
El
fruto de esa ardua labor ha cuajado en la obra de teatro ‘El buzo y la
aviadora’, editada por la Fundación Málaga con la colaboración del
Centro de la Generación del 27. El volumen se presentaba ayer como una
nueva oportunidad para acercarse a uno de los autores menos conocidos
del grupo del 27. Un haz de luz proyectado en este caso desde la
ficción.
«He intentado recrear el ambiente de terror que reinó
esos días en la prisión de Málaga y en esa labor he buscado un
equilibrio entre el lenguaje poético y de inspiración surrealista que
era propio de Hinojosa y un trabajo fiel a los hechos. Las libertades
literarias no desdicen ni uno solo de los acontecimientos históricos a
los que se refiere», esgrimía Sánchez, que firma su segundo libreto
teatral después de ‘Los tilos de Herrenhausen’ (2007), editado también
en Málaga.
Los últimos días de un campillero ilustre