El expresidente Aznar, el autor de algo tan burdo como es la expresión “el Movimiento Vasco de Liberación Nacional”, el que se creyó lo de las armas de destrucción masiva de Irak y para darse importancia nos metió en una absurda guerra, el que liberalizó el suelo y la consiguiente burbuja que es la que nos ha traído la ruina para décadas, es algo parecido a la lideresa ESPE : siempre se está yendopero procurando que su presencia se note de alguna manera. Su última decisión es demandar a El País por publicar este que fue idea suya el cobro de dinero negro en sobres, que él también cobró.
Y otra de más calado, la publicación de sus Memorias –el primer volumen- donde explica “algunas de sus decisiones más controvertidas y sin el corsé de lo políticamente correcto, un relato en primera persona “y con la franqueza que dan el paso de los años y el alejamiento de la trinchera de la acción política”, unas Memorias sin embargo en las que omite el desprecio (mutuo) que sentía por Felipe González o el informe que encargó enla FAESsobre el ascenso y el carisma de un rival que le inquietaba: Julio Anguita. Sí aparece cuando nombró digitalemente a Rajoy a título de sucesor después de que Rato le negara dos veces; unos dicen que por despecho y otros porque Rato quería hacer caja.
Pero Graciano Palomo dice cosas de más enjundia acerca de esas Memorias, como que Mariano Rajoy debe estar encabronado con Aznar por su libro de Memorias”,
“Aznar no acabó con la corrupción, por mucho que le moleste oír eso” o “El ex presidente tenía a MAR (Miguel Ángel Rodríguez) como el chico que espantaba a la prensa”