El ilustre académico de la Lengua Arturo Pérez Reverte –pondré solo este título al ilustre cartagenero que tiene tantos- es conocido, además de por sucopiosa y exitoso carrera literaria, por haber sucedido a Camilo José Cela en la fabricación de exabruptos malsonantes, por ser un perdonavidas y porestar encantado de haberse conocido, sobre todo después de que se batiera el cobre como corresponsal de guerra, peligrosa profesión de la que salio indemne.
Las últimas frases y expeditivos juicios que se le conocen son:
“La condena por plagio es una emboscada para sacarme dinero” “‘La reina del sur’ [Antena 3] es una bazofia como el sombrero de un picador”
“María Antonia Iglesias y Pilar Rahola: Son joyas de la telemierda. Viven de la demagogia pseudofeminista imbécil”
Ahora Pérez-Reverte atiza a Zapatero: “Cuanto más peligro tiene un imbécil que un malvado”
¿Por qué este endiosado y prolífico escritor llama implícitamente “imbécil” a su Presidente, a sabiendas, siendo como es académico de la RAE, que la imbecilidad es una patología que se define clínicamente como una forma de retraso mental a medio camino entre la “debilidad mental” y la idiotez, que la edad mental de las personas que la padecen, oscila entre los dos y los seis años, y su coeficiente intelectual varía entre cincuenta y veinticinco?
¿Se puede llamar en este país, por muy escribidor de éxito que se sea, a un Presidente de Gobierno, que va a regir con suerte diversa los destinos de la Patria, elegido por dos veces por millones de compatriotas, los mismos que han enriquecido al escritor náutico comprándoles sus libros por millones, se puede llamar digo, además de imbécil, idiota y débil mental, que viene a ser lo mismo, además de poseer el C.I de un papión? .
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