La España de pandereta en el proceso de la Pantoja
En estaEspaña de charanga y panderetaincluimos tanto a la masa incontrolada como a los vergonzantesperiodistasdel hígado, entre los que destacan los deDECy “Sálvame”como rostros más conocidos y que ya por la noche evacuarían todas sus morbosas impresiones sobre lacitación judicial de la Pantoja.
Los mismos que hace unos años caían rendidos ante el amor que se profesaban ella y elCachuli, los mismos que su paso por lascalles de Marbellala aclamaban al grito de ¡guapa, artista! ayer esos piropos los volvían lanzas y dardos envenenados en forma de gritos de “sinvergüenza, choriza” o “devuelve eldinero” :El vía crucis mediático de Pantoja
Independientemente de su culpabilidad, que tendrá que ser determinada porsesudas señorías, creemos que, dentro de lo posible, se deberían evitarhumillacionesa todos los reos, desde los que cometendelitos económicosa los autores decrímenes abominables:ladignidad humanasiempre prevalecer, algo debe distinguir a laspersonas normalesde aquellos que tienen la desgracia de haber delinquido. Y a estas alturas del siglo XXI creo que deberíamos diferenciarnos de aquellos quehacían calcetaen tiempos de la guillotina, o bramaban en loscircos romanossedientos de sangre o, asisten curiosos a losdegüellosa los que tan proclives son los talibanes.