
Cree este chico –en el sentido de la juventud productiva de su cacumen y no atendiendo ni a su edad cronológica ni a sus rancias ideas-
que, como la caridad bien entendida debe empezar por uno mismo, la
limpieza de la casa propia andaluza debe comenzar por los cuartos
interiores, por un concienzudo sacudir las alfombras, terminando por el
zaguán y acabando en la fachada, y más ahora en que la Semana Santa pronto llegará y es costumbre en Andalucía darle una manita de cal. En esta ocasión, como casi siempre, remueve la basura y detritus socialistas con una finalidad que solo él sabe o que los demás no imaginamos.
No otro es el propósito de este sevillano al que se le atragantan algunos desde tiempos muy remotos, como por ejemplo Alfonso Guerra. A Antoñito le ha sentado como un tiro que lo hayan nombrado hijo predilecto de Andalucía: “encima se limpian en las cortinas
–todos sabemos el chiste aquel y lo que, “después de aquello”, se
limpian con las cortinas- nombrando hijo predilecto de Andalucía al Mienmano de Juan Guerra”
Pero a lo que vamos: en el humorístico artículo Las dos varas piensa que hay dos varas de medir la corrupción y que la ventaja que tienen los socialistas sobre los populares es la tenencia de un Rubalcaba en su vida.
Tag: política
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