
O por los menos así lo piensa y lo dice Antonio Burgos
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Guarreridas
españolas, no desde un blog recóndito de
francotirador acomplejado sino desde una página que comparte
con periodistas serios en el digital abc.es, uno de los
periódicos conservadores que desde siempre han sido viejos custodios de
nuestras raíces morales.
Pero no se adentra de golpe en tan burdas afirmaciones, no. Antes se
tiene que pasar por la piedra- empleemos su realismo
también nosotros haciéndolo además gratis- a Chiquito de la
Calzada, el malagueño-sevillano que es un buen cantaor
aunque ascendió a la fama a través de sus chistes y
sobre todo de sus escenificaciones y que si cobrara
derechos de autor estaría multimillonario: lo imitan desde el Rey hasta
el último súbdito de su Reino: “Hasta luego, Luca (s)”,
“no puedorr, no puedror, fistro,etc”. Que levante la
mano el que no se ha hecho el graciosillo imitándolo. Pues bien ha
dicho el columnista de marras:
“No creo que podamos considerar a Chiquito de la Calzada
como paradigma de lo que los andaluces entendemos por vergüenza.
Y hasta al propio Chiquito, hombre-espectáculo de la poca
vergüenza, le daría pudor hablar de lo que la consejera
de Salud pone en publicaciones oficiales de la Junta de
Andalucía. ¡Qué poca vergüenza tiene doña María Jesús Montero,
qué poco pudor! No le estoy levantando ningún falso testimonio, sino
que hago comentario de textos sobre lo que dice la Guía de Sexualidad
para Jóvenes editada oficialmente por su Consejería, donde puede leerse:
«La sexualidad no es sólo la penetración en la vagina, el ano o
la boca. Es la capacidad de disfrutar de nuestro cuerpo, del
cuerpo de la otra persona, del mismo o de distinto sexo…»
“ Chiquito, con la poca vergüenza que tiene nunca se atrevió a decir
estas procacidades. Las mienta como «guarreridas
españolas» en general. Y por eso digo que la consejera
de Salud no tiene vergüenza, porque no le da pudor gastarse
nuestro dinero en las guarreridas españolas que promueve entre las
adolescentes, a quienes las propone como el ideal de la libertad, cual
anuncio de pastillas de detergente para la lavadora y la palangana: a
mano o a máquina. Para la Consejería de Salud no hay listas de espera en
los hospitales ni esas tonterías: lo fundamental es «el
gustirrinín que da la gachí con la filomatic», que cantaba en
Cádiz la comparsa de Paco Alba”
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