Cuando va escrutado casi el 90 por ciento de los votos los partidos independentistas, es decir, PNV y Bildu, pueden sacar 48 escaños por 36 de los partidos nacionales PSOE y PP. Es decir, nuevo lío habemus en el Norte, por si no tuviéramos bastante con el del Nordeste.
En el caso de los vascos pronto pedirán un referéndum, al modo catalán, para conseguir sus objetivos. Lo complicado de todo esto es ambos son ilegales hasta que no se reforme la Constitución que no los contempla. Mientras tanto en las instituciones que ya SI gobiernan, dentro del estatuto de autonomía, como es el caso de Bildu, según el Tribunal Supremo Herri Batasuna, correa de transmisión de ETA, continúan adoptando posiciones como mínimo pintorescas que quieren resaltar las peculiaridades – y el deseado aislamiento- del territorio vasco, vocación que ya les viene de lejos, como no querer la autopista que une San Sebastián con Pamplona, o la Y griega vasca.
La nueva excentricidad se acaba de dar en la provincia de Guipúzcoa (perdón, Gipuzkoa): allí gobierna Bildu y la Diputación Foral ha retirado de su red de carreteras las señales “Francia” para colocar en su lugar “Lapurdi”, para regocijo de los viajeros que así verán facilitado sin duda su viaje a Europa. El por qué de tan novedoso nombre lo explica en el blog EQM:
“Labort (francés Labourd, euskera Lapurdi, gascón Labord) es uno de los territorios que conforman el denominado, por los nacionalistas vascos, País Vasco francés. Sin estatus administrativo singular o propio, se corresponde a grandes rasgos con el de un antiguo vizcondado del mismo nombre junto con Bayona.
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