Al mismo tiempo que nos congratulamos de la noticia, a la que acompañamos de una imagen de la laureada, más que nada como un antídoto al bosque de piernas peludas de los futbolistas que durante un mes hemos de ver, nos surgen varias dudas, algunas quizá inquietantes:
-En España, ¿existen esas condecoraciones? , y si no ¿a qué es debido cuando nuestra historia militar es, por lo menos, similar a la británica y donde deben tener cabida estas actuaciones? Recuerden nuestros Tercios, aún en la memoria horrorizada de los Países Bajos, o nuestras tropas actuales –pasando por la descafeinada Legión-, diseminadas por medio mundo, Uganda el último destino, haciendo una labor muy altruista y seria, quizá no explicada suficientemente.
- Si existieran, ¿quién las otorgaría, El Rey Juan Carlos o el Presidente José Luis?
- Si algún actor o actriz recibiese en España una condecoración militar de estas características, ¿no se arrojaría sobre ella rauda ,como una jauría enloquecida de hienas carroñeras, aquellos periodistas de la caverna que ven “titiriteros” y de la “zeja” por doquier? Aquí seguramente pocos pasarían la gitana prueba del pañuelo o la del algodón aznariano, sobre todo si tienen la mácula en su expediente de haber dicho en alguna ocasión “No a la guerra”
- Muchos de los que se confiesan antimilitaristas u objetores de conciencia, ¿no se hubieran replanteado su actitud si hubieran sabido que se iban a encontrar un Comandante con las cualidades de Catherine?
Tag: sociedad
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